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Rey Baxa el presentimiento de la muerte y el amor a la vida

Rey Baxa el presentimiento de la muerte y el amor a la vida

Gerardo Valdivieso Parada

Según el trovador Francisco Toledo Matus, su apodo original se pronunciaba como “baza” tal vez un sobrenombre relacionado con su oficio de hacedor de escobas o su complexión física, al empezar su fama alguien lo escribió como baxa, y ahí ha quedado para la posteridad el autor de canciones imprescindibles de la trova zapoteca como Simuna, Mariá o Gurrión. Nacido un 6 de enero, día de los Reyes Magos, le pusieron como nombre Manuel Reyes Cabrera “ta Rey Baxa”.

Felipe Toledo Matus su primer, prolífico y su más grande intérprete, lo recuerda cuando de niño iba al rancho de su padre a recoger la leche del ganado vacuno y ahí estaba ta Rey departiendo con su progenitor, tomando mezcal, cantando, desde entonces quedó arrobado por el ingenio de las canciones del más grande poeta mítico de Cheguigo.

Pasado los años ya siendo un estudiante de la ciudad de México, cuando regresaba al terruño, quiso que se fijarán aquellos versos salidos de los labios y la cabeza, “gran cabeza zapoteca”, como lo escribió Macario Matus, de Manuel Reyes, por lo que memorizó las canciones que después grabó en discos, los primeros que registraron la obra de éste gran genio.

Sus canciones, que se siguen cantando en los velorios, como su obra más escuchada Simuna que tiene que ver con la muerte repentina de mujer amada y el dolor de su ausencia. “Mariá” que cantara inigualablemente el trovador Hebert Rasgado, que sorprendentemente no responde al matrimonio a pesar de exponer una convivencia juntos desde la niñez. “Gurrión” es la historia mítica de los zapotecos hecha canción donde el hombre campesino reconoce que el zanate fue el que trajo el maíz, el grano sagrado, el alimento básico de los zapotecos, de su pacto que no respetó el hombre, por lo que el zanate se siente con el derecho de arrancar los primeros brotes. La canción se conoce como Gurrión y no Gorrión, porque la pieza inicia con el nombre de éste y es el ave relacionado con el inicio de la siembras.

Existen otras creaciones más que no son tan conocidas, como la que le da nombre al disco que Felipe Toledo le dedica a ta Rey: “Dxi naa ma ziá” (cuando yo me vaya) que aborda la premonición de la muerte. Aquí habría que agregar una gran coincidencia, que el compositor nació y falleció un 6 de enero, y el hecho extraordinario que pidiera a su familiares que en su sepelio cuando la comitiva llegara al panteón los músicos tocarán las mañanitas y en el momento en que sus restos bajarán a la tumba se tocará una Diana. En este punto Francisco Toledo considera la levedad con que el poeta pasó por la tierra, que ante el absurdo de la vida parecía no pertenecer a este mundo y siempre quería huir de ella, aun cuando vivió intensamente, ejemplo son sus canciones en donde hay poemas pícaros, vívidos que celebran la unión del hombre con la mujer. De ahí el pedido inusitado de partir cumpliendo un ciclo exacto de rey, y de irse como si celebrara su regreso al lugar sin nombre, a lo desconocido.

En la portada del disco aparece una de las pocas fotos tomadas al compositor en su edad adulta, tomada por Graciela Iturbide, se aprecia a ta Rey sentado en la hamaca mirando al suelo, con las manos entrelazadas, el torso desnudo porque su playera la tiene sobre la rodilla, y en su pecho, a la altura del corazón, el tatuaje rustico de la virgen de Guadalupe.

Ta Rey junto con su hijo, el también compositor Pedro, no supieron tocar ningún instrumento, su manera de aportar su poesía a los suyos fue a través de piezas de música que oían y que le ponían sus propias letras, por lo que muchas de sus creaciones se esbozaron en un momento de convivencia y quedaron en su cabeza, ejemplo de la gran memoria de nuestros antepasados y que la mayoría de nosotros, por existir un sinnúmero de aparatos para fijarla, ya no tenemos.

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