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La confrontación del obispo de Tehuantepec con la Curia Romana

La confrontación del obispo de Tehuantepec con la Curia Romana

  • Lona Reyes fue una de las víctimas del Papa Juan Pablo II en su represión contra los “marxistas” de la línea de la Teología de la Liberación

TEHUANTEPEC, Oax.- El entonces joven y recién nombrado obispo de la diócesis de Tehuantepec monseñor Arturo Lona Reyes nada llevaba en las manos cuando se encontró por primera vez con Juan Pablo II:

“Todos le traían regalos, menos yo, por eso cuando estuve frente a él le dije ‘es que somos muy pobres’” comentó el obispo emérito refiriéndose a una foto que tenía en su oficina del obispado en donde aparece con el papa, en la imagen el obispo de los pobres se ve sonriente y humilde en cambio el papa tiene el rostro severo como era con todo aquél que oliera a comunismo.

Su imagen ha sido elevada a los altares pero en la tierra Juan Pablo II fue autoritario y represivo durante su papado contra los que simpatizaron con la Teología de la Liberación, como lo fue el Obispo de los pobres.

Documentos del archivo del Vaticano ilustran como el nuevo santo como cabeza de la iglesia aplicó una política de exclusión hacia los que disentían de su Magisterio Eclesiástico, poco a poco sustituyó a los obispos “conciliares por prelados preconciliares”, es decir los obispos comprometidos con el pueblo dieron paso a obispos cuya preocupación principal era la ortodoxia, los obispos vinculados a la teología de la liberación dieron paso a los obedientes al Papa.

Como el fundador de los Legionarios de Cristo, marcial Maciel, que financió los intereses y a los aliados del Papa Juan Pablo II desde los católicos polacos hasta la preparación de la primera llegada del Papa a México, y que al final desató un escándalo sobre su doble vida y abuso sexual contra menores.

Si el recibimiento del Papa hacia Monseñor Lona fue fría, durante la gestión de ambos el Papa peregrino ignoró al obispo de Tehuantepec, por pertenecer a los obispos latinoamericanos comprometidos con el Concilio Vaticano Segundo que reformaba la teología, la liturgia, la relación de la iglesia con la sociedad para finalmente llegar a la “Iglesia de los pobres” como lo soñó un Papa más moderno y renovador que el mismo Wojtyla el Papa Juan XXIII, elevado a los altares al mismo tiempo que el polaco.

Aunque como Obispo de Cracovia Juan Pablo II firmó los resultados del Concilio Vaticano II como Papa apoyó a los más oscuros y conservadores grupos de la Iglesia como el Opus Dei, los carismáticos y los Legionarios de Cristo, que pugnaron por el regreso al pasado, es decir a la férrea autoridad del Papa sin lugar para el libre pensamiento y la disidencia dentro de la Iglesia.

Esa autoridad de hierro se aplicó sobre el Obispo Lona Reyes que como practicante de la Teología de la Liberación, se le impuso el silencio y la censura. A través del representante del Papa en México en ese entonces Girolamo Prigione, se le atacó y no se le permitió exponer sus quejas ante el Papa, quien como las víctimas de pederastia, ignoró las tropelías de su nuncio.

En su objetivo de acabar con el peligro del comunismo que veía en la iglesia de los pobres el Papa Juan Pablo II desarticuló la Diócesis de Tehuantepec imponiendo en vez de un Obispo auxiliar que era lo normal y envió a un coadjutor con todas las facultades y al monseñor Lona se le condenó al ostracismo en su propia Diócesis.

En las cartas enviadas desde el Vaticano a Lona Reyes se le ordenó guardar silencio al acatar “el secreto pontificio” mientras llegaba el coadjutor Monseñor Felipe Padilla Cardona que durante su gestión, hizo muchos cambios para combatir el legado de Arturo Lona Reyes que llegó al istmo como Obispo desde 1974.

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