CARTA A MI MADRE

por Ana Beatriz Muñoz Valdivieso. A pocos días a tu llegada a estas tierras que te vieron nacer, después de tu desprendimiento de tu cuerpo hace más de 6 años. Ya eres un ángel celestial, aunque aquí también lo fuiste para todos, tu bondad infinita cubrió o todos los que te rodeaban. En tu existir en este mundo terrenal nunca quisiste ver la maldad de las personas, aun más de nacieron de tus entrañas, que cuando te diste cuenta fue lo que más te dolió. Aunque sea triste, muchas veces el desprendimiento del cuerpo es la mejor solución, ese descanso eterno y al que todos tememos, es la mejor solución para muchos males, aunque en la tierra se deje una estela de tristeza, aunque para muchos pase desapercibida. Mamá un recuerdo cuando en los 80, te enfrentabas a los agentes de migración, cuando por tu casa llegaban a buscar a los migrantes, de origen salvadoreños, hondureños, entre otros, sin ningún interés mamá, tenías corazón de oro, déjame decirte que hace unos meses llegaron miles mamá, hoy ya no llegan, mama, recuerdas al señor que llegaba a tu casa a elaborar sus artesanías que las vendía por todo Juchitán, y tu le dabas hospedaje gratis, ni caso le hacían, a sus bellos trabajos, pues hoy valen más, madre, o aquella señora de Minatitlán, que estuvo caso un año viviendo en tu casa, y que nos enseñó hacer donas?, quien la llegaron a traer sus hijos que la estuvieron buscando durante ese tiempo, que tal los y las chiapanecas que en tus últimos años en este plano, les diste posada y llegó tu nueva, la de la séptima sección y los corrió?. Fuiste una mujer de corazón de oro, que hoy descansa en el el sueño de los justos, en un lugar donde ya no hay dolor. Desde aquí te recuerdo con amor y que en algún momento nos volveremos a encontrar para ya no separados jamás. Te recuerdo con mucho amor, como el que me enseñaste a dar en este plano terrenal.