Texto de la presentación del libro “Irma Pineda o la poesía como resistencia”
Gerardo Valdivieso Parada
Cuando hojeé las primeras páginas de la conversación del doctor Francisco López Bárcena con Irma Pineda, me acordé de una amiga de ambos, que cuando la invitaban a alguna plática que daba Irma decía “Ay no, ya me lo sé de memoria”. Ciertamente algunas de las partes de la vida de la poeta me son conocidas, por una amistad de más de veinte años y las muchas conversaciones, en bares, en su casa, entrevistas que le he hecho, la mayoría de las veces por teléfono sobre diferentes temas y las entrevistas y notas que he leído en la prensa. Pero a lo largo de este libro, que es como un recorrido ameno por la vida de la poeta, una especie de primera pequeña biografía, cómo dice el doctor López Bárcena, se concentran la información relacionada a Irma esparcida en diferentes publicaciones. Además de que se agregan novedades, me encontré anécdotas nunca antes escuchadas y escritas de la vida de Irma. Me fue muy grato saber de una anécdota del padre, diferente a su etapa como luchador social y su dolorosa ausencia como desaparecido político. También supe la razón principal de que haya escogido estudiar comunicación, que tiene que ver con la niñez y un período especial en el ayuntamiento popular. Me parece que las preguntas que realizó el entrevistador de “Irma o la poesía como resistencia” en la casa de su madre por ejemplo le llevó a recordar otras cosas olvidadas o no mencionadas.
En el desarrollo de la conversación a la vez que Irma cuenta su biografía, va aflorando su predilección por la literatura, sus maestros formadores, sus primeros escritos, la apariciones de sus poemas en revistas, su tesis que le da nombre a este libro, la impresión de sus primeros libros, hasta las preguntas sobre su literatura y su desarrollo, su posición sobre la literatura indígena, sobre premios y becas, cómo llegaron uno a uno los libros publicados, las características y exigencias para culminarlas. Este libro que se compone de varias entrevistas en diferentes tiempos y escenarios, que involucra a otras personas en las grabaciones, se puede leer muy placenteramente en la hamaca en unas horas.
Me llamó la atención las fotos, están incorporadas las ya publicadas, pero hay algunas fotos no tan conocidas y tal vez inéditas en redes sociales, principalmente en donde aparece la niña grande y la Irma adolescente.
La lectura del libro hará que el lector que ha conocido a la maestra, a la amiga, la poeta, la recitadora de sus poemas, la que atesora momentos con ella, podrá intercalar en su cabeza mientras lee el libro su propia experiencia personal con Irma Pineda. En mi caso evoqué el día en que la conocí en la ciudad de México, en la época que estaba por terminar su carrera y trabajaba ya en la ciudad de México, en un espacio llamada La pirámide. Después de leer el libro sobre su transición de la ropa comprada en El Chopo a ropas más formales, hasta ahora entiendo el por qué me la topé en ese entonces con un raro sombrero de tela, un huipil y una falda hippie.
Son más de veinte años de amistad, en las que hemos dicho salud un montón de veces, hemos platicado de literatura, hemos actualizado los chismes sobre nuestros conocidos, amigos y enemigos cada que quedamos de encontrarnos, hemos viajado, y como dice Borges puede pasar mucho tiempo sin apenas vernos y cuando nos encontramos nos saludamos con la misma naturalidad y efusión que como si nos hubiéramos visto apenas ayer. Hemos cambiado con los pasos de los años, de las trasnoches y desveladas hemos pasado a contarnos nuestros achaques, eso sí hemos bailado muchos sones y los muchos que nos faltan bailar en los apenas cincuenta años de su vida.
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