EL RICO MOLE DE MAMA.
Por: Ana Beatriz Muñoz Valdivieso.
Quien no recuerda el mole de mamá en casa. Cuando llegaba del mercado con una gran cantidad de condimentos, sabíamos que habría mole en casa, no necesitaba una fecha especial, simplemente el deseo de mamá, era el de, darnos una sorpresa, desde ese momento comenzaba el proceso, el de desbainar los distintos chiles, además de freír los demás ingredientes que un rico mole conlleva. saltabamos de gusto al saber que habría mole en casa. Los olores diferentes cobinados sabiamente por las manos mágicas de mi madre, era seguro que ese mole sabría riquísimo. Con pollo y arroz, era seguro. Los siguientes días, serían como enchiladas, después moladas. Eran tiempos de felicidad y de calma, donde las almas se abrazaban en familia. Tiempos buenos y nobles, con la presencia de mamá en la cocina era suficiente. No se necesitaba más, que la presencia de la guerrera que nos dio la vida, y que con el amor que habitaba en su corazón, nos preparaba el rico manjar de lis dioses, que nos llevaba a la gloria. Se daba el tiempo y la paciencia, para consentidos, para apapacharnos, para hacernos felices. Eso era mamá, la guerrera, que nos dio todo lo que tenía, a través de su comida, una guerrera que nos cuido y protegió hasta el último aliento. Gracias mamá.
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