TIEMPOS AQUELLOS

. Por: Ana Bestriz Muñoz Valdivieso. Hace ya algunos ayeres, cuando Juchitán contaba con pocos habitantes, donde la población era autosuficiente. Los domingo se desayunaba muy diferente a los días de la semana. Con la finada na Flor Lata, esposa de ta Juan lata, se podía comprar el rico y delicioso relleno de puerto. Esta familia se dedicaba a matar marrano, en aquel entonces se le llamaba cochino, hoy lleva el nombre de cerdo. Esta familia tenía su domicilio frente al monumento de los héroes juchitecos. Ahí podías obtener el rico chicharrón, así como el delicioso frito, que consistían en el guisado que lleva todas las viseras del cerdo. Cola hacia la gente para hacer atendida, no importaba la espera, lo importante era saborear el rico relleno de cerdo de na Flor Lata. El domingo era un día de descanso para todas las familias juchitecas, se podían levantar más tarde y desayunar calladamente, sin tanta prisa, no había escuela, no había trabajo. Eran tiempos buenos, tiempos bellos, recuerdos bellos de aquel momento vivido.