De cómo San Vicente se convirtió en santo
Se sabe que San Vicente Ferrer pasó su niñez en Juchitán. Entre los callejones de polvo y sol jugó con sus amiguitos, sus vecinos. Rodeado de sus compañeros, se dice que recreando un antiguo juego de elegir a uno para cargarlo en andas, que llaman en zapoteco, que es cuando dos de los niños entrelazan sus brazos haciendo un especie de trono para que el escogido se acomode, luego los dos niños meneando el asiento de sus brazos realiza un recorrido. Se dice que cuando al niño Vicente le tocó su turno ya no quiso bajarse, convirtiéndose desde entonces en santo
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