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La cocina lugar sagrado

La cocina lugar sagrado

Beatriz Muñoz Valdivieso.

La cocina, un espacio, especial, magico, para las familias juchitecas tradicionales, el espacio más ocupado en tiempo, el lugar donde siempre estaban las mujeres. Donde con sus manos mágicas transformaban especies en comida y masa en tortillas. Las magas eran las mujeres, que con su talento, asaban una rica carne en tiras, sobre la braza ardiendo, lo mismo que un rico pescado, con tomate, cebolla y chile. O porque no una rica barbacoa de pollo o de chivo. Esas cocinas eran mágicas, porque nunca sabríamos, que prepararian las magas ese día. Por la mañana muy temprano comenzaban con su magia, el nixtamal, lo convertían en masa, la cual podían elaborar el atole, con o sin chocolate, o moviendo el molino, lo transformarian en tortilla, elaboradas en su horno de comixcal de lodo, con sus manos mágicas, las redondeaban con gran paciencia, con calma, con imaginación, las bolitas eras idénticas, del mismo tamaño, mientras, miraban todo lo sucedía su alrededor, lo mismo cantaban, lo mismo pensaban y lo mismo mandaban. Esas eran las magas de las cocinas, las que dirigían ese entorno mágico de la familia. Eran ellas quienes llevaban las riendas de la cocina, se empideraban de ella, lo mismo ponían café, elaboraban tamalitos, quesadillas de mantequilla, lo mismo unos ricos guetabinguis, lo que su mente quisiera, para ella nada era imposible, lo importante es, tener listo lis alimentos para la familia, que es lo que más importaba. Quien no recuerda ese importante rincón de los hogares juchitecos, donde la matriarca contenta, altiva, siempre ocupo ese lugar importante, donde las familias compartían el pan y la sal, todos los días, ese rincón sagrado, donde se platicaba de todo lo que acontecía, dentro y fuera de ella, donde se daban consejos, para llevar una vida plena y feliz, donde reímos, por todo lo que ahí sucedía, un lugar preponderante, lleno de olores y sabores, donde el humo no nos hacía llorar, porque era parte de nosotros. Esas cocinas ya no existen, pero siempre estarán en nuestros, recuerdos en nuestras memorias, que nos las llevaremos, más allá de las estrellas, y a las mujeres magas juchitecas, que nos enseñaron ha transformar la adversidad por felicidad, por muy difícil que esta fuera. A ellas mi gratitud y un bello saludo más allá del infinito, donde hoy habita. Gracias mis magas.

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