Millones de pesos se fueron por el desagüe de la refinería de Salina Cruz

Por Rosa Guiebe’te’

Ante las denuncias por negligencia y/o falta de aplicación de las obras para rehabilitar los afluentes de la Refinería Antonio Dovalí Jaime y retiro de aceite e hidrocarburos en el litoral de la playa Bahía La Ventosa, que llevaron a la muerte de dos personas y la quemadura en otras en el más reciente incendio en las instalaciones de la refinería, las autoridades ambientales y auditoras del estado y PEMEX consideraron que no hay elementos para castigar a los culpables de éstas muertes, que han dejado dolor y luto a sus familiares, y en el hospital y con huellas en la piel para toda la vida a las víctimas de quemadura, porque no hay elementos y por lo tanto fueron desechados.

El argumento fundamental de las autoridades como la Unidad de Responsabilidades de Petróleos Mexicanos (PEMEX) Delegación PEMEX Transformación Industrial, la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección de Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos de la SEMARNAT, es que las autoridades de la refinería no han reportado ningún accidente en sus instalaciones ni la contaminación de sus alrededores desde 2017, a pesar de las denuncias y reportes particulares de derrames en las instalaciones y su escurrimiento hacia a las afluentes y al mar en Bahía La Ventosa y la falta de supervisión de la refinería de los trabajos de empresas particulares para el retiro de los hidrocarburos y la limpieza de los litorales.

La denuncia presentada ante las instancias mencionadas acusa que el incendio aparatoso que reportó por los medios y que se vio desde lejos, que provocó la muerte de dos personas en pasados días en la refinería, no fue por un lluvia intensa atípica sino por los contratos inaplicados o llevados con ineficiencia por las empresas para atender los derrames en el sistema de drenaje en el interior y exterior de la refinería de PEMEX en Salina Cruz. La denuncia se fue al origen de los derrames que consideró se debe a la falta de supervisión de los equipos de la refinería poniendo en riesgo de entrada el funcionamiento adecuado de las plantas y su durabilidad, la seguridad industrial, la vida de los trabajadores y el medio ambiente.

El tratamiento de residuos en las afluentes de la refinería entregado la mayoría de las veces sin licitación y de manera directa han sido por millones de pesos, desde 2019 que se reportó que la empresa Comercializadora CEMIDE G S. A. de C. V. recibió casi 170 millones de pesos por “recuperación, almacenamiento y tratamiento de los hidrocarburos en la planta tratadora de efluentes, derivados de los niveles altos de una mezcla agua-hidrocarburo en el sistema de efluentes y disposición final de lodos aceitosos”.

Los conceptos millonarios para limpiar la refinería y su exterior de derrames entregados a empresas se han reportado en 2017, 2019, 2021,2022, 2023, con cifras de cientos de millones y decenas de millones, un enriquecimiento protegido por la falta de transparencia y rendición de cuentas de altos funcionarios de PEMEX y la refinería coludidos con la empresas para dejarlos hacer sin ninguna supervisión, matando al personal que labora en la planta y poniendo en riesgo en el futuro la vida de los que laboran en la refinería porque los accidentes que salden víctimas seguirá ocurriendo.

Desde el 2022 se han denunciado el riesgo de contaminación ambiental y las condiciones de seguridad industrial en la refinería, en donde sus responsables no regularon ni supervisaron las condiciones de la planta, convertida en una bomba de tiempo, aun cuando los reportes les han llegado a través de la Fiscalía General de la República (FGR), las autoridades no han hecho caso. La situación de la refinería de Salina Cruz es un ejemplo de la situación general de PEMEX y del grado de corrupción de las instituciones del país que siguen vigentes. Ahora se entiende que el primer mandatario de este régimen haya gritado muera a la corrupción desde el palco de palacio nacional pues no ha muerto.