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Destruye calles y caminos acarreo de materiales para la rehabilitación de la línea K

Destruye calles y caminos acarreo de materiales para la rehabilitación de la línea K

Gerardo Valdivieso Parada

Juchitán, Oax.- Además de las denuncias por la destrucción de miles de ejemplares de la flora local y amparos por la explotación de bancos de piedra por los trabajos de rehabilitación de la línea k del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, que corre de Ixtepec, Oaxaca, a Ciudad Hidalgo, Chiapas, en las poblaciones afectadas se agrega el tránsito de unidades pesadas por sus calles y caminos que ya creo un descontento general.

En el caso de esta ciudad ha afectado la circulación de unidades particulares y miles de mototaxis que tienen que cruzar por zonas de las vías que están despejadas, aunque la autoridad municipal ha comunicado que el paso autorizado es solamente por el puente bandera.

En Unión Hidalgo la situación es más grave, porque tanto habitantes de la zona urbana como campesinos de los sembradíos y ranchos se han quejado de las afectaciones a sus calles y caminos rurales por el paso de camiones, góndolas, unidades que transportan estructuras metálicas y diversa maquinaria pesada están destruyendo sus calles pavimentadas.

Aun cuando está prohibido que unidades pesadas circulen en zonas urbanas, porque además de lo visible que son el agrietamiento de las calles, se agrega la afectación a la red de agua potable y drenaje. La fuga del agua potable por el rompimiento de la tubería ha llevado a cerrar la circulación a estas unidades.

Algunos vecinos como en la Quinta Sección y demás barrios por donde pasan las unidades que están laborando en la línea K, han cerrado sus calles, lo que ha llevado a conflictos con el transporte público, y que las unidades particulares se enfrenten a un caos para circular por la población.

Es el caso de la entrada de la población de lado del Estero que comunica a Juchitán, en donde el viernes, vecinos cerraron el paso pero los mototaxistas tuvieron que levantar el bloqueo para poder circular, y momentos después los vecinos volvieron a cerrar.

Los vecinos denuncian que las unidades pesadas foráneas no rebajan su velocidad al llegar a la zona urbana, lo que pone en riesgo a la población principalmente a los niños.

Ni el acuerdo que las unidades pesadas tuvieran un camino alterno no he resuelto el problema. Se agrega que la autoridad municipal que encabeza Juan Jesús Martínez Rasgado “está de acuerdo o no le importa” las afectaciones a la población.

Es el caso de los campesinos cuyas tierras están ubicadas al otro lado del río, cuyo camino principal “camino carretero El Palmar” se ha destruido por el paso de las unidades que suministran a los trabajos de la rehabilitación de la línea k, responsabilizan al edil de la situación, ya que éste había prometido mejorarlo.

Los campesinos que ya cerraron el camino para exigir una respuesta a sus demandas, denunciaron que antes de la llegada de los camiones, el camino se había rehabilitado con la cooperación de todos, un esfuerzo que ha llevado al traste el paso de los camiones.

Agregan que el puente del camino El Palmar que de por sí está dañado, con el paso de los camiones pesados está quedando peor, además de que el levantamiento del polvo por el tránsito de las unidades pesadas a todo velocidad está afectando sus plantaciones.

Por lo  exigen que su camino sea revestido, independientemente de los acuerdos a que llegó el edil con la Secretaría de Marina y Armada de México (SEMAR)- Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) y la empresa concesionada para la rehabilitación, porque tampoco ha aclarado qué condiciones o acuerdos tuvo para permitir el tránsito de la maquinaria pesada.

De su lado una pequeña población de no más de 150 habitantes llamado Cerro Iguana perteneciente al municipio de Ingenio Santo Domingo, sus habitantes también se han visto afectados sus caminos por las grandes unidades que circulan por ellos transportando material para la línea k.

Al contrario de las grandes poblaciones mencionadas, esta minúscula comunidad no puede más que quejarse ya que son tan pocos que no pueden realizar ninguna movilización para presionar a la empresa y las autoridades como, por lo que se han resignado a aguantar el tiempo que duren las obras y recibir como herencia sus caminos intransitables.

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