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Juan Xtubi esquina con Rey Baxa

Juan Xtubi esquina con Rey Baxa

Gerardo Valdivieso Parada

La calle que divide al pueblo de Juchitán en norte y sur lleva el nombre de un militar del bando rojo derrotado por Heliodoro Charis Castro, fusilado luego por haber colaborado en el asesinato de Jesús Carranza. En este caso no es cierto que la historia la escriben los vencedores, pues el más glorioso general que ha tenido nuestro pueblo ni siquiera lleva el nombre de una calle, por lo menos en el primer cuadro de la ciudad. Existió un intento por cambiar el nombre de la calle Cristóbal Colón, personaje vilipendiado cada 12 de octubre, tanto que su monumento sobre el paseo de la Reforma fue quitado y no encuentra destino, y fuera colocado el nombre del ilustre militar del bando verde, parece que el esfuerzo no fructificó. Una calle céntrica pero corta de tres cuadras tiene el nombre de José F. Gómez, otro líder verde, mártir de la democracia y la independencia del centro, que en lugar de ponerle su nombre a la importante calle que parte del Instituto Tecnológico y atraviesa la ciudad hacia el sur, le pusieron la fecha de su alzamiento el 2 de noviembre, fecha que los juchitecos relacionan más al día de muertos que ese día de sangre y metralla.

Se le atribuye al nombre de las calles a Feliciano López Felix, que los puso según su criterio, como la de ponerle de los leones al callejón que albergó los restos de un antiguo circo, entre ellos un pobre león que murió de hambre, o la de Venecia a una calle que se encharcaba en tiempo de lluvias en Cheguigo. Como si fuera Salomón con el Cantar de los cantares puso a un callejón de las delicias, otro del encanto, de los limones por sus árboles de ese fruto, el del caballero por partir de un importante paso del río “pasu mani” (paso de los caballos) tal vez por los jinetes ensombrerados que pasaban por aquel callejón, el callejón Pipi por la iglesia, Excélsior, entre otros. La calle de mi antigua casa, la de mi abuela y la de mis padres, se llama callejón de los cocos, sin que yo viera en ese callejón ningún cocotero sino muchas ceibas que actualmente se han reducido a una. La calle en donde actualmente resido en la Octava Sección, se llamó calle del puente por partir del antiguo puente peatonal que comunica con el centro, en su caso sí fructificó el esfuerzo que se hizo de cambiarle el nombre por el del trovador del recuerdo, Saúl Martínez, luego de que este falleciera.

El nombre de las calles es cultura e historia, evoca música, literatura y poesía, muchas calles fueron cambiadas para ponerle el nombre de escritores y poetas, cuyos domicilios estuvieron en tales avenidas. Algunas calles son memorables por aparecer en novelas famosas como la calle de Donceles en donde estaba ubicado el domicilio de aquella dama en “Aura” de Carlos Fuentes. La ciudad capital de Argentina, Buenos Aires, tiene una calle, una dirección que ha quedado inmortalizado por el tango “A media luz”, en la novela policiaca de Manuel Vázquez Montalbán “Quinteto de Buenos a Aires” el protagonista el detective Carvalho, apenas llega a la ciudad porteña entrega al taxista la dirección con que inicia el tango: “Corrientes 348 segundo piso ascensor”, que remite irremediable a la voz de Gardel.

Siempre imaginé que Emilio Carranza era un hermano desconocido de Venustiano Carranza, hasta que mi amigo Miguel Castillo Matus me sacó de mi ignorancia al informarme que el nombre que lleva esa importante calle de Cheguigo es de un piloto mexicano. Hace algunos lustros, la fundación Guie’ Cheguigu a su vez hizo el intento de cambiar el nombre del alejado piloto por un nombre más cercano al corazón de los de Cheguigo la de Manuel Reyes Cabrera “Rey Baxa”. No lograron su cometido, en cambio lograron que la autoridad municipal volteara hacia Pedro Baxa y darle una especie de pensión en lo que duró el gobierno de Leopoldo de Gyves de la Cruz. Cambiar el nombre de las calles para ponerlas a nombre de nuestros personajes en este caso nuestros compositores y poetas no es una tarea ociosa, no sólo se les hace justicia, contribuye a que las futuras generaciones los recuerden en su cotidianidad. Qué cambio sería que el pequeño callejón que desemboca al panteón Miércoles Santo y que inicia en la casa de Fernando Salinas llevara el nombre de Ta Jimmy, autor del popular son Reyna. No sería descabellado que la calle Pino Suárez se cambiara por Armando Cano. Una calle principal de la Séptima Sección como Constitución cambiase a Juan Jiménez Juan Xtubi. La tarea puede ser retomada por alguno que muestre interés y tenga el cargo clave que abra las puertas a estos cambios, para que un día un futuro visitante al salir de la terminal le indique al ruletero una dirección: Juan Xtubi esquina con Rey Baxa.

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